Las hipotecas de tipo variable históricamente habían sido la gran mayoría de contractos en el Estado Español. Llegaron a significar el 90% del total el 2016, cuando este porcentaje empezó a disminuir de manera constante. A partir del inicio de la pandemia, que coincidió con un entorno macroeconómico muy volátil, las hipotecas a tipo fijo superaron por primera vez las de tipo variable, y el 2021 se registró un escenario inverso del que se vivía antes de la existencia del Covid.
