En la Cerdaña, la vivienda se ha vuelto prohibitivamente caro y muchos residentes se ven obligados a buscar alternativas en el Alto Berguedà, donde encuentran viviendas más asequibles. Estos vecinos se quejan que trabajar en la Cerdaña y vivir es prácticamente imposible, puesto que las hipotecas son demasiado elevadas. Esta situación se debe a una carencia de viviendas asequibles y a la creciente orientación del mercado inmobiliario hacia el turismo de lujo, con poca construcción de primeras residencias.
La situación ha encarecido el precio de la vivienda y ha obligado a los jóvenes a marchar a otros lugares. En los municipios del Alto Berguedà, si bien celebran nuevos residentes, quieren evitar convertirse en una simple extensión de la Cerdaña y asegurarse que los nuevos residentes se integren en la vida local.
