Durante la jornada celebrada en la sede de Girona del Colegio de Economistas de Cataluña, se debatió principalmente la necesidad de revisar y ajustar la tasa turística para mejorar su efectividad e impacto social. Anna Garriga, de la Universidad de Girona, destacó que no se puede aplicar un impuesto fijo en todo el territorio, ya que cada zona tiene características diferentes, y señaló que la tasa no resuelve el problema de financiación municipal, aunque podría ayudar.
Marc Molas, de BYPILLOW, defendió que la tasa debería beneficiar claramente a los residentes locales, mientras que Cristina Cabañas, de Guitart Hotels, reclamó un turismo de calidad, no masificado y territorialmente diversificado. El exconsejero Joaquim Nadal insistió en la necesidad de ordenar y regular el turismo para evitar abusos y resaltó la importancia de la inversión en servicios públicos y la profesionalización del sector.
En cuanto a la vivienda, se destacó la falta de oferta de alquiler provocada por la inversión inmobiliaria, y se plantearon medidas como un IBI más elevado para segundas residencias como herramienta de redistribución.
El estudio presentado por Martí Sabrià puso de relieve que el turismo representa un 21% del PIB en las comarcas de Girona, pero también abrió la reflexión sobre la necesidad de limitar el crecimiento turístico y apostar por políticas de desestacionalización y un turismo de mayor calidad, advirtiendo que esto podría suponer una reducción inicial de visitantes.
El acto fue presentado y clausurado por Lluís Bigas de Llobet y moderado por Josep-Francesc Valls, coautor del estudio.