La propuesta del texto de la reforma de la Directiva de Eficiencia Energética de la Edificación, contempla el objetivo de una calificación energética mínima E para las viviendas en 2030.
Un aspecto hasta ahora menor como el certificado de eficiencia energética pasará a ser clave, porque determinará el grado de cumplimiento y adaptación de los edificios a la norma gradualmente, hasta conseguir ser cero emisiones en 2050. Compradores y vendedores empezarán a valorar cada vez más los edificios que menos consuman, y es probable que se produzca una revalorización de los inmuebles más eficientes energéticamente.
Todos los edificios tienen que incorporar su PCG desde el 1 de enero de 2027, e integrarlo en su certificación de eficiencia energética.