Este déficit de viviendas es particularmente intenso en las comunidades donde hay más crecimiento de población y más actividad turística. A pesar de que el mercado de la vivienda ha experimentado cierta recuperación después de la crisis del 2008, todavía está lejos de los niveles previos a la crisis.
Los factores que han contribuido a este déficit de viviendas nuevas son diversos. Entre ellos se destacan la escasez de suelo y de mano de obra, el aumento de los costes de producción, las dificultades para la adquisición y desarrollo de los suelos, la reducida capacidad de rehabilitación, la falta de adecuación de las viviendas vacías a las preferencias actuales de los hogares, la incertidumbre reguladora, y el auge del alquiler vacacional o de temporada.
Esta situación ha provocado un aumento de los precios de compraventa y de alquiler en España. A pesar de todo, el Banco de España señala que la movilización del mercado de segunda mano ha estado fundamental para absorber parte de la fuerte demanda y limitar la escalada de los precios.