La Generalitat ha estado monitorizando el impacto del tope de precios desde su implementación el pasado 16 de marzo, con el objetivo de entender como esta medida afecta el mercado del alquiler, especialmente en las zonas declaradas como tensionades. Estos estudios preliminares sugieren una tendencia a la baja de los precios, a pesar de que Paneque ha destacado que los datos todavía están siendo procesadas y que su publicación oficial con más exactitud se hará la próxima semana.
El papel del Ayuntamiento de Barcelona ha estado clave en este seguimiento, puesto que la ciudad ha sido una de las principales zonas donde se ha aplicado el tope de precios. El Ayuntamiento cuenta con un observatorio propio que hace seguimiento regular del mercado inmobiliario y que colabora con otras entidades para garantizar una visión integral de los cambios. Además de las fuentes institucionales, también se han tenido en cuenta datos proporcionados por observatorios independientes, los cuales han ofrecido perspectivas adicionales y no gubernamentales sobre el impacto de la regulación.
De este modo, la Generalitat podrá adaptar sus políticas en función de los resultados de estos estudios e implementar nuevas medidas para abordar la crisis de vivienda a las zonas más tensionades de Cataluña.
A pesar de que el tope de precios es una medida con un impacto directo en los precios de alquiler, la consejera ha señalado que no es la única solución necesaria para hacer frente a la problemática de la vivienda. En este sentido, ha destacado la importancia de construir más vivienda social y ha anunciado que próximamente se presentarán nuevas medidas, incluyendo la construcción delegada, que permitirá poner suelo público a disposición de terceros porque estos gestionen viviendas de alquiler, manteniendo la titularidad pública del terreno.