El informe «Equilibrios precarios» de Cáritas Diocesana de Girona revela que cerca de 3.000 familias atendidas por la entidad viven en condiciones de realquiler, una situación que pose de manifiesto la creciente precariedad residencial en las comarcas gerundenses. Esta forma de vivienda se distingue del alquiler compartido habitual entre estudiantes, puesto que implica familias enteras que tienen que convivir en una sola habitación dentro de una vivienda, compartiendo los espacios comunes con otros locatarios.
Según el informe, un 76,8% de los hogares atendidos por Cáritas viven de alquiler, y de estas, un 11,3% están en situación de realquiler. Esto es un indicador claro de la precariedad, tal como explica Caye Gómez, responsable de Análisis Social de Cáritas Girona. Esta convivencia forzada en espacios reducidos genera problemas diarios para establecer horarios y usar los espacios comunes.
El realquiler afecta una amplia variedad de perfiles, desde familias monoparentales hasta familias con varios miembros o personas solas. Además, muchos propietarios de las habitaciones realquiladas son reticentes a aceptar familias con niños, el que agravia la inestabilidad de estas unidades familiares. Cómo explica Josep Maymí, responsable del Observatorio de la Pobreza y la Exclusión Social, estas familias a menudo solo pueden permanecer un año en las habitaciones y se ven forzadas a marchar, viviendo en una constante provisionalidad.
Cáritas Girona, junto con Cáritas Cataluña y ESADE, está llevando a cabo un estudio para entender mejor este fenómeno, que, a pesar de que nuevo a Girona, ya está muy extendido en las grandes ciudades catalanas.
Las cookies técnicas son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría sólo incluye cookies que garantizan las funciones básicas y funciones de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan información personal alguna.