Cada vez es más común encontrar pisos ocupados en venta en los portales inmobiliarios y agencias, a menudo con precios entre un 30 y un 60% más bajos que su valor de mercado. Estos inmuebles pertenecen, en su mayoría, a bancos y fondos de inversión, que buscan desprenderse de ellos ante la posibilidad de que la normativa se endurezca.
Según Joan Company, presidente del Colegio API de Girona, este tipo de operaciones solo interesa a inversores, ya que las entidades financieras no conceden hipotecas para estos inmuebles y los procedimientos judiciales pueden alargarse durante años.
Se calcula que actualmente hay cerca de 4.000 pisos ocupados en venta en Cataluña, de los cuales más de 750 se encuentran en las comarcas gerundenses. Esta situación también afecta a los ocupantes, muchos de los cuales se encuentran en situación de vulnerabilidad y viven con la incertidumbre de posibles desahucios. Las plataformas sociales denuncian la dificultad de conseguir alquileres sociales u opciones de compra asequibles, ya que a menudo la propiedad pertenece a fondos de inversión extranjeros.