El mercado de alquiler en Girona está en situación crítica, con un tercio de los pisos alquilados en menos de 24 horas y muchos que ni siquiera se publicitan. Según datos de Incasòl, hasta el tercer trimestre del año pasado se firmaron 1.300 contratos menos en toda la provincia. En la ciudad de Girona, solo hay doce o trece pisos disponibles por menos de 1.000 € al mes y cuatro o cinco por debajo de 700 €, algunos solo para alquiler de temporada.
Joan Company, presidente del Colegio de API de Girona, afirma que las políticas actuales no funcionan y reclama que la administración proporcione vivienda digna. Propone una colaboración público-privada con compensaciones a los propietarios que ajusten los precios y acuerdos con promotores para construir en suelo público.
Francesc Quintana, del Colegio de Administradores de Fincas, subraya que es necesario facilitar que los pequeños propietarios alquilen sus pisos. Sin embargo, hay reticencias por la inseguridad jurídica, las ocupaciones ilegales y los impagos.
La nueva ley de vivienda, que fija precios por debajo del mercado, ha hecho que algunos propietarios retiren los pisos o aumenten los precios antes de su entrada en vigor, reduciendo la oferta y aumentando la demanda, especialmente entre estudiantes.
En conclusión, hay un desequilibrio entre oferta y demanda en Girona, agravado por la inseguridad jurídica, las políticas restrictivas y la falta de colaboración público-privada. Se necesitan medidas efectivas para incentivar alquileres asequibles y garantizar la seguridad para propietarios e inquilinos.