El Govern de la Generalitat ha decidido aplazar la entrada en vigor de la subida del impuesto turístico, que inicialmente debía aplicarse el 1 de mayo mediante un decreto ley, y tramitarla en su lugar como un proyecto de ley. Este cambio implica un retraso mínimo de medio año, de forma que la medida no podrá aplicarse hasta octubre, coincidiendo con la próxima liquidación semestral del impuesto.
La reforma preveía duplicar los importes actuales del Impuesto sobre las Estancias en Establecimientos Turísticos (IEET), permitiendo que municipios como Barcelona aumentasen el recargo hasta 8 euros por noche en hoteles de cinco estrellas, y hasta 12,50 euros en viviendas de uso turístico. El 25% de la recaudación se destinaría a políticas de vivienda, mientras que el 75% restante se dividiría entre los ayuntamientos y la Generalitat con fines turísticos.
El sector turístico, especialmente en Barcelona, la Costa Brava y la Costa Dorada, había rechazado la medida desde el inicio, alegando falta de diálogo, impacto negativo sobre la competitividad y una visión centrada exclusivamente en la problemática de Barcelona. Las asociaciones reclaman que el nuevo impuesto tenga en cuenta la estacionalidad y se negocie con los actores del sector.
Con la tramitación como proyecto de ley, se abre ahora un proceso legislativo que permitirá introducir modificaciones y buscar un mayor consenso político y sectorial.