El Ayuntamiento de Girona ha situado la vivienda en el centro de sus prioridades ante una realidad cada vez más alarmante. En los últimos 20 años, el precio medio de compraventa de obra nueva ha aumentado tres veces más rápido que los ingresos de los hogares, lo que ha desplomado el poder adquisitivo de muchas familias y ha hecho que acceder a una vivienda digna sea cada vez más difícil.
Aunque la ciudad dispone de unos 50.000 inmuebles, el parque público sigue siendo escaso: hay solo 220 pisos de alquiler gestionados por la Oficina Municipal de Vivienda, 350 por la Agencia de la Vivienda de Cataluña y 510 promovidos por el Patronato de la Santa Creu. Además, hay 1.250 viviendas en manos de bancos y unos 800 pisos turísticos.
Para revertir esta situación, el consistorio lanza la Misión Vivienda, una herramienta estratégica que prevé incorporar 770 nuevos pisos asequibles entre 2024 y 2029. De estos, 146 ya están en construcción, 20 han sido comprados recientemente, 435 están proyectados en suelos municipales y 169 en desarrollo en suelos privados o por adquirir.
“Hay que garantizar que la juventud de Girona pueda quedarse a vivir en la ciudad, que la vivienda no sea un lujo sino un derecho”, afirma el alcalde Lluc Salellas. “Las políticas de vivienda son hoy la mejor herramienta social de las administraciones.”
Una ciudad para vivir, no para marcharse
Girona es reconocida por su entorno natural, con los corredores verdes que siguen los cuatro ríos de la ciudad, y por su patrimonio, como el Barri Vell. El traslado del Hospital Trueta se considera una oportunidad estratégica para reequilibrar el territorio urbano, pero el Ayuntamiento quiere evitar que este crecimiento expulse vecinos.
Por eso se promueve un mercado más diverso y accesible, basado en modelos como el alquiler social, el derecho de superficie y las cooperativas de cesión de uso. También se cederán suelos públicos a operadores sociales para la promoción de vivienda protegida.
Tres líneas estratégicas
La Misión Vivienda se articula en torno a tres ejes fundamentales:
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Más parque público: mediante compra de pisos vacíos, políticas de suelo, cooperativas y cesión de solares municipales.
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Rehabilitación del parque existente: con incentivos fiscales y actuaciones por barrios, priorizando la eficiencia energética.
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Nadie sin techo: ampliación de la bolsa municipal y políticas para combatir el sinhogarismo.