Abdeslam Challak, su mujer y sus tres hijos, el mayor de ocho años, hace muchos meses que viven en un alojamiento de los que el Ayuntamiento de Girona pone a disposición de personas y famílias con situaciones vulnerables para evitar que tengan que dormir en la calle. Un recurso "temporal", como insiste desde los Servicios Sociales porque si no se "cronofica", como en el caso de Challak y su familia, el ayuntamiento se queda sin espacio "para más gente que lo necesite". Por eso, el caso d'Abdeslam Challak no entraba dentro el grupo de siete familias a quien el Ayuntamiento de Girona decidió "in extremis" mantener el soporte más allá de la data límite marcada para el 1 de agosto. El director del hostal no lo tenía en la lista de los que se podían quedar. Tenía que marcharse. La solución no llegó hasta bien entrada la tarde. "Le he dicho a la asistenta que me iba a vivir al río con mis tres hijos y, al final, nos ha dejado una semana más", respiraba aligerado Chagaal que, con una semana más en el cuello, suspira porque le acabe llegando el ingreso Mínimo Vital que tiene pedidio desde hace tiempo. "Si recibo un ingreso, me busco un piso donde sea y me voy; sufro por mis hijos, yo puedo coger la mochila e irme a otro sitio, pero no me puedo imaginar que ellos duerman en la calle".
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