El informe del Observatorio Notarial de Cataluña y el estudio de la Universitat de Barcelona (UB) y Forcadell reflejan dos dinámicas destacadas dentro del mercado inmobiliario catalán y español. Por un lado, la compra de viviendas por parte de ciudadanos extranjeros en Cataluña ha experimentado un incremento moderado, con un crecimiento del 0,9% interanual, situándose ligeramente por debajo del 1,8% registrado en el estado. Esta demanda extranjera destaca especialmente en los precios: el metro cuadrado para compradores extranjeros ha estado 2.516 euros, un 3,3% superior en el año anterior, mientras que para compradores nacionales se mantiene en los 1.929 euros, reflejando la preferencia de los compradores extranjeros por inmuebles de gama alta.
En cuanto a las transacciones de residentes extranjeros, destacan los ciudadanos franceses y alemanes, así como los marroquíes e italianos. Estos grupos conforman una parte significativa del mercado inmobiliario catalán, con preferencias variadas entre compra de primera y segunda residencia.
Las previsiones para el mercado de segunda mano el 2025 son ambiciosas: el estudio de la UB y Forcadell anticipa un récord con más de 825.000 compraventas a nivel estatal, un 88% de las cuales serán de viviendas de segunda mano, y con precios que podrían aumentar hasta un 15%. Este desplazamiento hacia la propiedad se explica, en gran parte, por el hecho que las hipotecas a menudo resultan más asequibles que el alquiler, hecho que impulsa las clases medias y bajas, así como los menores de 40 años con trabajo estable, a optar para comprar. La previsión incluye también un aumento del crédito bancario y una reducción de los tipos de interés, factores que podrían intensificar una “guerra hipotecaria” y favorecer todavía más la compraventa.