La dinámica actual del mercado inmobiliario a Girona presenta una paradoja interesante. A pesar de que las ventas han experimentado una reducción del 30% en el último trimestre, los precios de las viviendas han registrado un incremento anual destacado del 5,7%, marcando la subida más pronunciada entre las provincias catalanas.
Este fenómeno parece ser impulsado por la persistente demanda de viviendas, todo y la disminución de las transacciones. Esto ha creado un desequilibrio ofrecida-demanda, con muchos propietarios resistiéndose a ajustar a la baja los precios, confiando en una eventual recuperación del mercado.
Las inquietudes surgen también por el contexto económico y jurídico. Algunas previsiones adoptan una visión pesimista, anticipando caídas del 10% en las compraventas y del 5% en los precios, atribuyéndolo a factores como el encarecimiento de la vida, el aumento de los tipos de interés y la incertidumbre jurídica derivada de la Ley de Vivienda.
Un aspecto notable es la continuidad de la demanda extranjera, que representa aproximadamente el 30% de las operaciones inmobiliarias a Girona. Esta tendencia se ha mantenido resiliente después de la pandemia, ofreciendo cierto equilibrio al mercado local.
A pesar de las incertidumbres, algunas proyecciones apuntan a una posible estabilización de los precios durante el primer trimestre de 2024, con una variación interanual estimada entre el +1% y el -2,5%. Esto sugeriría una continuidad de la moderación observada en el mercado durante el 2023, después de la aceleración experimentada el 2022.
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